Conclusiones:
Vivimos en una época en donde el mundo está globalizado, principalmente por la economía y las comunicaciones, denominada era del conocimiento. Donde las grandes potencias tradicionales y las potencias emergentes luchan por la supremacía económica mundial.
Lo cual se refleja cuando alguno de estos países presenta crisis o problemas financieros, lo que repercute como es de esperar en algunos países subdesarrollados porque existe una dependencia en estos. Muchos de los países emergentes en los últimos años del conteniente asiático han logrado imponer, aunque relativamente, sus productos en el mundo entero. No obstante están sujetos a los vaivenes de las finanzas mundiales.
El continente Asiático, ha acentuado en los últimos años un crecimiento vertiginoso en su economía. Productos industrializados, siguiendo políticas económicas, administrativas, gubernamentales, etc., que han llegado y están llegando a casi todas las partes de la tierra. Basados en una férrea disciplina, con una administración horizontal entre el gerente y el trabajador, ha tenido increíbles éxitos; siendo ejemplos de una manera eficaz desde el punto de vista empresarial. Obviamente existen desavenencias y crisis en el marco de su avance, sin embargo tratan de mantenerse en la hegemonía mundial, haciendo frente a las potencias de Occidente.
Los tigres de Asia, nos brindan sus conocimientos en materia administrativa, logística, economía, etc., que competen al crecimiento vertiginoso de sus países en los últimos años con un alto nivel de comercio exterior y unas exportaciones conjuntas que llegan al 9%.
Por el contrario, los países del cuarto mundo presentan estructuras productivas muy desarticuladas y poco integradas, con bajo nivel de comercio exterior que apenas llegan conjuntamente al 1% de su exportaciones, donde la pobreza, el hambre, la educación y la salud son criticas.
El Tercer Mundo nunca tendrá la oportunidad de progresar y participar de la habilidad para crear riqueza, de la cual goza el Primer mundo, si:
1. Continúa atribuyendo la pobreza a causas falsas y escoge ignorar a las dos causas fundamentales del retraso económico (estructuras económicas que impiden el progreso y síntomas de estancamiento).
2. Perpetúa y protege a las estructuras fracasadas del pre-modernismo, mercantilismo e intervencionismo, y no las substituye con un sistema de libre mercado competitivo, caracterizado por la producción masiva a bajo costo y la sana participación en mercados internacionales, con un sistema que permita que las personas libres, no doblegadas por controles opresivos, creen a través de sus trabajos ese milagro económico que tanto añoramos.
3. Rechaza las actitudes clásicas del trabajo arduo, el ahorro, la cooperación, la iniciativa propia y en su lugar hace responsables por el progreso al gobierno, a los sindicatos y a organismos internacionales y sus dádivas.
Finalmente, estos cambios el Tercer Mundo seguirá siendo plagado por el desperdicio de sus recursos humanos y de capital, lo cual imposibilita el progreso y la abundancia.
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